domingo, 20 de junio de 2010

Discriminaciones

No sé cuál es la peor, si la de mi tía la jovata -y heterosexual-, que dice “nosotros, que somos normales” en comparación con los homosexuales, o la de mi vieja, que confiesa que conoce a uno y no te podés imaginar lo bueno que es. “¿Y Belgrano, y Belgrano?”, prepotea mi tía la docente, que asegura que no tenía bien definido qué era. El tío fascista, mientras, cuenta anécdotas de su juventud pura. Todos, al final, hacen chistes. Ya desapareció de la pantalla Pepito Cibrián. El tema de conversación es ahora el Chaqueño Palavecino y su aparente alcoholismo.

martes, 15 de junio de 2010

No me quieras porque gané

Marcelo Bielsa sostiene en su mano derecha una estaca. La tiene que clavar en el lugar predeterminado de la cancha, en pleno entrenamiento de la selección chilena. Empieza a caminar. Marca los pasos, hunde sus zapatillas en el césped, traza el recorrido. La coloca y la extrae, una y otra vez, ofuscado por no hallar el sitio indicado. La escena, de casi un minuto, hasta que incrusta la vara, es una de las imperdibles de Ojos rojos, documental reciente sobre el recorrido de Chile en las Eliminatorias para Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. Denota detallismo, búsqueda de la perfección y la linda locura futbolera de Bielsa.
Los directores Juan Ignacio Sabatini, Juan Pablo Sallato e Ismael Larraín captaron esa secuencia en la exclusiva práctica a la que el Loco les permitió ingresar. Instantes de intimidad y puro fútbol, como la única vez que entró una cámara al vestuario, en los festejos de la clasificación a Sudáfrica, en Medellín ante Colombia, no sin la mirada rocosa pero tierna del DT. Ojos rojos, estrenado el 6 de mayo pasado, es un boom del otro lado de la cordillera. En cuatro días se convirtió en el documental más visto en la historia del país, por encima de Salvador Allende, de Patricio Guzmán. Se trata de un film que cuenta mediante la pelota la relación triunfo-derrota de la sociedad chilena, no exenta de nacionalismos y volteretas emocionales.

El registro de los ejercicios en la práctica con las palabras en off del rosarino extraídas de las conferencias de prensa es un acierto de la película. “No me quieras porque gané; necesito que me quieras para ganar”. El trío director se presentó ante Bielsa cuando tomó la selección para comentarle la idea del trabajo, iniciado en 2003. De sus bocas salió la palabra “intimidad”, y el Loco los sacó carpiendo. Pero, a fuerza de sensibilidad, lograron su empatía. Bielsa valoró el proyecto y piensa utilizar la cinta para motivar a sus jugadores en la Copa del Mundo, a lo Pep Guardiola en el Barcelona.

“Buscamos, a través de los matices que nos da el fútbol, como la observación de la reacción frente a la derrota y a la victoria, una pequeña reflexión de parte del espectador, de cómo nos comportamos, para que cada uno saque sus conclusiones”, coinciden Sabatini, Sallato y Larraín, quienes frente al tropiezo de la Roja para Alemania 2006 decidieron darle un giro a la aventura y filmar hasta una clasificación, que fue la siguiente. Así, entrevistaron a personalidades, como al escritor Eduardo Galeano, a Evo Morales -quien confiesa que llegó a ser presidente de Bolivia gracias al fútbol- y a taxistas de América Latina (el argentino, divertidísimo, disecciona los estilos de juego de Basile y Bielsa). También incluyeron la historia de Sergio Riquelme, un humilde reportero radial que hace lo imposible para contarle a su pueblo del Sur el andar de la selección. Un personaje de un cuento de Fontanarrosa, que tras la caída de local ante Brasil fue el único que en la conferencia destaca que, a pesar del 0-3, el planteo fue sólido, ante los colegas de los medios poderosos. “Vive al margen del circo mediático que cubre al fútbol”, suma Sabatini.

La película se estrenó también en México, principal refugio de exiliados durante la dictadura de Pinochet. Lo recaudado sirvió de ayuda para los damnificados del terremoto que jaqueó a Chile. Existe la posibilidad de que arribe a la Argentina. La prensa trasandina recordó que Bielsa es un documental en sí mismo. En parte, lo tiene. El periodista Christian Rémoli, con su productora Koala, rastreó testimonios de las adyacencias del DT en
Bielsa, el hombre de la máscara de hierro. No es entrevistado él, igual que en Ojos rojos. Pero es un buen retrato, que se ve puede ver en YouTube.

Chile vive ahora sumido en un clima de gran esperanza. Y triunfalismo. Aumentó la oferta de plasmas, las encuestas lo dan como ganador de su grupo -España, Suiza y Honduras- por amplio margen, proponen nacionalizar y santificar a Bielsa, Diputados liberó a los trabajadores en los horarios de los partidos, y más. Se asemeja a la Colombia previa a Estados Unidos ´94, que luego asesinó al defensor Andrés Escobar, autor del gol en contra de la eliminación.

“¿Y qué pasará si se pierde? De acuerdo a la experiencia, pedir la cabeza del entrenador, del Santo Bielsa, puede ser poco”, escribió un hincha en el diario ciudadano
El Morrocotudo. “Un día Bielsa va a ser el mejor entrenador que hemos tenido; después lo vamos a crucificar”, adelanta otro, en los primeros tramos de la película y de Marcelo técnico. ¿Cómo reaccionará entonces Chile si se topa con una frustración en un fútbol dominado por el exitismo? “Ojos rojos sabe mejor que nadie que la historia es cíclica, que ahora se está arriba y se volverá a estar abajo. Que habrá que saber caer, y volver a aceptarse tal cual somos, jugando como nunca y perdiendo como siempre”, aporta Sebastián Kohan, uno de sus productores. “Deberíamos aclararle a la mayoría que el éxito -dice Bielsa como apertura del film- es una excepción, y que los seres humanos sólo de vez en cuando triunfan”.

Nota publicada el 9 de junio de 2010 en el diario Tiempo Argentino

miércoles, 9 de junio de 2010

Vértigo

El Bocha y Leonel hacían unos pasesitos en la cancha del predio de Independiente en Villa Dominico. El pibe jugaba con un hermano del Bocha en las inferiores del Rojo.

Leonel se sorprendió: Ricardo Enrique Bochini, el Charles Chaplín del fútbol argentino, era malo para los jueguitos. No lo creía. Pero aguardó. Esperó el momento para sacarse la duda.

Pasó una semana, cuenta Leonel, y le preguntó si no sabía o si no le gustaba. “A ella -le señaló la pelota el Bocha- no le gusta. No le gusta que la levantes. Le da vértigo”.

La rica historia la conocí en un comentario de Dibuje Maestro, el blog en ocasión de Sudáfrica 2010 que comanda el periodista Enric González en el diario El País. Y tengo apuntes variados al respecto:

a) La utilidad de los comentarios de las notas. La gran mayoría son barrabasadas, insultos y descalificaciones; pero también hay una porción que puede ser fuente de información y termómetro anímico. Antes, mucho antes, está la calle, nuestros oídos y ojos, por supuesto. Pero, sí, valía un comentario.

b) Las crónicas futboleras de Enric, y más en esta época de mundialitis aguda, en la que ya se escuchó al comunicador Marcelo Grandio, de Fox Sports, decir que en el país anfitrión “va costar encontrar a un blanco” y emparentar la criminalidad con negros. O, simplemente, prender la TV y ver las pavadas cotidianas de ciertos cronistas en su viaje de egresados, con tanto por contar en una nación poco abordada y que tuvo al excelente aperitivo de El Factor Humano, libro de John Carlin en el que se basó el film Invictus. González, a paso cansino pero sanguíneo, viene con una promesa bajo el brazo: hablar del “juego más hermoso” del mundo.

c) Y a colación del blog del español, apuntar otro. Hablemos de Maradona, de Daniel Arcucci. Y también, por qué no, la tarea que están desarrollando en La Nación Deportiva y en la web de Cancha Llena. Hace un año, le pregunté a Arcucci, Secretario de Redacción del matutino, por qué el suplemento deportivo es considerado por muchos periodistas como el mejor y cómo se planifica la cobertura de un gran espectáculo deportivo, por caso, esta Copa del Mundo.

martes, 8 de junio de 2010

Crítica tuvo su edición el Día del Periodista

Conservo aún el primer número de Crítica, “el último diario de papel”, que venía a la carga en marzo de 2008 con la dirección -y participación accionaria- de la marca Jorge Lanata. El diario, pienso, es el medio más apasionante de construir. Lo seguí a Crítica, disfruté de grandes artículos, de notas que lo distinguían.

(clic en la imagen para leerlo)

Y me entristecí cuando los síntomas de cierre comenzaron a detectarse (pagos atrasados de sueldos, la primera vez que el diario no salió a la calle, el retiro de infraestructura). Por eso, y por mucho más, me identifico con la lucha por su continuidad y celebro esta nueva edición, que pone los patitos en fila desde su nombre: Crítica de los trabajadores.

miércoles, 2 de junio de 2010

Pelotudos

Fueron los comentarios que dejé en ciertos blogs. Segunda "mala palabra" para titular un post. La anterior oración es excusa para el clic. Y la cuarta y anteúltima, para sumar una grosería más, al preguntarme a quién carajo le importa y, así, actualizar esta bitácora, palabra que me recuerda a la serie Fantasma escritor. El sentido de estas letras está en sus cabecitas.